SINAXARIÓN
DEL CALENDARIO LITÚRGICO MARONITA
j | Octubre 08
SANTA PELAGIA (s. IV)
Santa Pelagia fue una pecadora arrepentida que nació en el mundo del paganismo en Antioquía. Fue dotada por Dios con una gran belleza física, pero utilizó esta belleza para destruir su propia alma y las de los demás, adquiriendo gran riqueza por la prostitución.
Santa Pelagia la penitente se convirtió al cristianismo por San Nono, obispo de Edesa. Antes de su aceptación del cristianismo por el Bautismo, Pelagia era jefe de un grupo de danza en Antioquía, viviendo una vida de frivolidad y la prostitución.
Un día, mientras Santa Pelagia estaba vestida elegantemente, hizo su camino más allá de una iglesia donde San Nono estaba predicando. Los creyentes volvieron sus rostros lejos de ella, pero el obispo la miró de lejos. Impresionado por su belleza, San Nono oró por su conversión.
Su conversión
Al día siguiente, mientras que San Nono estaba enseñando en la iglesia sobre el temor Juicio Final y sus consecuencias, Santa Pelagia apareció de nuevo. Su enseñanza hizo una tremenda impresión en ella.
Las palabras de San Nono le sacudieron el alma y forjaron un cambio tan grande en ella, que se llenó de repente con un auto-odio de sí misma y un temor de Dios.
Con el temor de Dios y derramando lágrimas de arrepentimiento por todos sus sucios pecados, se postró delante de San Nono y pidió a San Nono que la bautizara.
"Padre santo, tenga misericordia de mí, pobre pecadora; bautíceme, y enséñeme el verdadero arrepentimiento. Yo soy un mar de maldad, un abismo de destrucción, una red y arma del demonio".
Al ver su sincero y completo arrepentimiento, el obispo Nono lo hizo.
Santa Pelagia lucha contra el demonio
Después de su conversión, Santa Pelagia comenzó a aparecérsele el demonio, instándola a volver a su vida anterior. Pero ella oraba insistentemente al Señor, haciendo la señal de la cruz, y el diablo desapareció.
Tres días después de su bautismo, Santa Pelagia recogió sus objetos de valor y toda la enorme riqueza que había acumulado por su inmoralidad y los llevó al obispo Nono. El obispo ordenó que se distribuyeran todos estos bienes entre los pobres.
Un alma penitente
Sintiendo el peso de sus muchos pecados y el pinchazo de su conciencia, Santa Pelagia se decidió a hacer penitencia durante toda su vida.
Santa Pelagia viajó a Jerusalén, al monte de los Olivos, donde, según cuenta la tradición, se cambió el nombre a Pelagio y se disfrazó de monje, se encerró en una celda y allí comenzó una ascesis rigurosa de ayuno, oración y vigilias. Vivió su vida en un aislamiento ascético.
Tres años más tarde, Santiago, un diácono de San Nono, la visitó y la encontró aún con vida, pero cuando fue de nuevo a verla, unos días más tarde, se encontró con su cadáver y le dio cristiana sepultura.
Santa Pelagia entró en el reposo aproximadamente en el año 468, viviendo una vida de oración, ayuno y penitencia, la cual, le valió, junto con su arrepentimiento, recibir la misericordia de Dios, el perdón de sus pecados y la santificación de su alma purificada y santificada, la cual se hizo digno del Reino de Dios. Fue enterrada en la misma celda donde murió.
Otros Santos para hoy
SANTA THAIS (o TAIS), PENITENTE (✝︎ 348)
Fue anterior a Pelagia en el tiempo y en los oficios. Se educó como cristiana, pero la vida, sus encantos, el acoso de los finos, el hambre de placer y el atractivo de las riquezas estropearon tanto la acción de la gracia que pareció no conocerla. Vive entre el lujo y la prostitución de Alejandría.
Refiere la narración que Pafnucio, el del desierto de Tebaida, la recordaba de años atrás y sentía dolor, más que quien tiene una astilla clavada en el cuerpo, por la perdición y escándalo de la cristiana. Sus penitencias dieron resultado. Provocó un encuentro con ella y fue el instrumento de Dios para el cambio de Tais. Ahora está deshecha en lágrimas, implora el perdón del maestro, le ruega su oración impetrante, recurre a la misericordia de Dios y pide que se le imponga penitencia.
Muere penitente reconciliada por los años 348 y se le honra en las Menologías griegas tal día como hoy. Es patrona de Alejandría y se la representa arropada con ricas y coloreadas sedas, con un espejo, símbolo de la coquetería, y una gargantilla de perlas que representan sus riquezas mal adquiridas.
NOTA: por ser quien inspiró a San Pelagia se le recuerda también hoy. Aunque su celebración es el 18 de abril.